La noción milenaria del binarismo de género, que es claramente ideológica y no corresponde a la realidad objetiva, debe sustituirse por un no-binarismo realista, que puede expresarse como conjuntos difusos de género, formados por afirmaciones personales de identidades difusas. Una identidad difusa no se define por un sí o no, sino por un más o menos, desarrollado según una lógica informal o difusa.
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jueves, 11 de noviembre de 2010

Autonomía personal en el No-binario


Por Kim Pérez



Me han ofrecido que participe en un curso, al que voy con el tema “Autonomía personal en el No-binario de sexogénero”.

El título lo hemos pensado entre el Director del curso y yo, y estoy muy contenta de él.Voy a empezar a explicarlo por la segunda parte.

Fijaos en que no habla de “no-binarismo”, sino de “No-binario” y con mayúscula.

Es que “no-binarismo”, terminado en “ismo”, parece el nombre de una ideología, que puede estar un tiempo de moda, y luego pasarse, o ser contradicha, o superada.

No-binario en cambio es una descripción de la realidad del sexogénero.

Es que siempre ha sido así, no-binaria.

Siempre hemos visto hombres muy masculinos, hombres menos masculinos, mariquitas, intersexuales, personas ambiguas, camioneras, mujeres menos femeninas, mujeres muy femeninas...

¡Siempre hemos estado todos ahí!

¡Ésta es la realidad!

Lo que ha sido ideológico, ha sido el binarismo, que se ha negado a ver la realidad y ha dicho, con los ojos cerrados:

“Hay sólo hombres y mujeres.

“Los hombres tienen que ser masculinos y las mujeres, femeninas.

“Los hombres tienen que desear a las mujeres y las mujeres tienen que desear a los hombres.

“Todo lo que esté fuera de estas reglas, no existe; y si existe, no se habla de ello; y si se habla, es para llamarlo antinatural, o vicio, o delito”.

La consecuencia de la ideología binarista es que, durante siglos, y milenios, muchas personas nos hemos visto apartadas de la sociedad, o calladas, o penalizadas.

Cuando en el No-binario, que sólo hoy empezamos a verlo, hay sitio para todos: para los hombres muy masculinos y las mujeres muy femeninas; para los menos masculinos y para las menos femeninas; para los, las y les intersexuales; para las personas ambiguas; para los homosexuales al 10% o al 100%; para los, las y les transexuales...

Para la variabilidad humana, tan interesante, tan emocionante...

Por eso, ver el No-binario es ver la realidad; es como si se nos hubiera caído un velo de los ojos, al comprender que todo ello ha estado siempre ahí y que todo es respetable.

Está y ha estado en distintas proporciones de la vida social. Hay mayorías y minorías, grandes mayorías y pequeñas minorías, aunque muchas personas que están en la mayoría, lo están sólo por miedo al binarismo y estarían en alguna minoría si pudieran.

No es nada nuevo; es que lo que hay, se acepta.

Y se valora.

Ver el No-binario es como ver el Universo. Por eso lo escribo con mayúscula. Es la Realidad.

Para colmo, cuando miramos los componentes del No-binario, nos damos cuenta de que no podemos señalar los límites estrictos entre unos y otros.

¿Dónde está la separación entre hombres muy masculinos y hombres menos masculinos?Vemos muy bien la diferencia entre algunos y algunos otros, los que lo son de manera más exagerada.

¿Pero para los hombres más normales, los más corrientes, millones de padres de familia, miles de artistas, dónde está la división?

No hay línea de división; hay una matizada, infinita, gradación, en la que encontramos quizá a muchos hombres que nos son muy admirables y muy queridos.Lo mismo sucede con los homosexuales; si sabemos que la mayor parte de las personas hallan en sí mismas sentimientos homosexuales y heterosexuales en distinta proporción, ¿dónde está la línea de separación?

No hay líneas tajantes en el No-binario. Hay conjuntos difusos de sexogénero.Hay muchos conjuntos difusos, de hombres muy masculinos más heterosexuales, de hombres muy masculinos más homosexuales, de... etcétera (que significa: Y los demás)

En la realidad del No-binario, formado por conjuntos difusos, cada cual tiene su sitio, y sólo reconoce que otros están en sitios distintos del suyo.

No hay que preocuparse por mayorías: la mayoría es de hombres más masculinos y más heteros, y de mujeres más femeninas y más heteras. Y además saben que hay diversas minorías, y que todo es más o menos, es decir, que todo es difuso.

No inventamos nada. Todo es como es, todo es la realidad que conocemos, variada, curiosa. Sólo que no le imponemos a nadie que sea como no es, en nombre de un binarismo que no tiene que ver con la realidad.

Los conjuntos difusos se forman por afinidades: éstos se parecen a mí. Yo estoy a gusto entre éstos.Los conjuntos difusos son conjuntos de personas afines.

Siendo nuestra mente lo principal de nuestra vida, nadie puede decir objetivamente, fijándose sólo en lo físico, a qué conjunto pertenecemos.

Sólo cada cual, mirándose por dentro, puede decidirlo.

Cuando andamos por el No-binario, sabemos que sólo cada cuál sabe dónde está y dónde quiere estar.Es tan sutil todo, tan difuso, que nadie desde fuera puede saber mejor que nosotros dónde estamos y dónde queremos estar.Quiénes son nuestros afines cuando nos encontramos conviviendo con ellos. Muy masculinos o menos masculinos, muy femeninas o menos femeninas, muy ambiguos y viéndonos justamente como ambiguos, muy heteros, muy homos, menos heteros u homos...

Ésa es la inmensa Realidad que nos rodea, el No-binario. Y para andar por ella, sólo la autonomía personal lo puede decidir...

domingo, 24 de octubre de 2010

Acto de la Campaña STP 2012 en Granada

“Las identidades trans no son una enfermedad”: Acto de la Campaña STP 2012 en Granada

(Fotografías: Ximena Riffo Piña)

En el marco de la Campaña Internacional Stop Trans Pathologization STP 2012, el grupo Conjuntos Difusos realizó ayer una concentración y performance en la Plaza de las Pasiegas, ante la Catedral de Granada, como acto cumbre de la conmemoración del Octubre Trans en Granada.

Ayer, sábado 23 de octubre, Jornada Internacional de Lucha por la Despatologización de las Identidades Trans, convocada por la Red Internacional por la Despatologización Trans (Campaña STP 2012), han tenido lugar manifestaciones y otros actos en 61 ciudades de diferentes regiones del mundo. La principal demanda de la Campaña Internacional STP 2012 es la retirada de los trastornos de identidad de género de los catálogos internacionales de enfermedades. En Granada, el grupo Conjuntos Difusos se sumó a la convocatoria de la Campaña Internacional STP 2012 con una concentración y performance.
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La performance representaba la fuerza de los estereotipos de género (las "Estatuas", grandes muñecos de cartón rosa y azul), que atraían y obligaban a estar a su lado a todos los humanos (las "Máscaras"), hasta que éstos se desasían y pretendían situarse en el espacio intermedio entre ambas Estatuas e incluso intercambiaban o se deshacían de los símbolos de masculinidad-feminidad, representando la diversidad de identidades de género fuera del orden binario. Como final, todos se quitaban los buzos y máscaras blancas que llevaban y aparecían ante el público a cara descubierta y con su vestimenta habitual, mientras quienes portaban las Estatuas las dejaban caer por tierra, levantando una pancarta con el lema “Las identidades trans no son una enfermedad”.

La performance, de intensa fuerza plástica, adquiría todavía más expresividad al ser representada ante el majestuoso frontispicio de la Catedral de Granada.

El acto concluyó con la lectura del Manifiesto de la Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español, manifiesto que fue aplaudido sostenida y cálidamente por el público asistente.

La concentración y performance fue organizada por el grupo Conjuntos Difusos y forma parte de la Campaña Internacional STP 2012, convocada por la Red Internacional por la Despatologización Trans, y no de los actos organizados por la FELGTB, como se anuncia, de forma errónea, en una nota de prensa publicada por la misma Federación. Desde Conjuntos Difusos, pedimos a la FELGTB la rectificación de esta información.

Más información:
Campaña Internacional STP 2012: http://www.stp2012.info/
Octubre Trans Granada: http://www.octubretransgranada.wordpress.com/

Mesa redonda "Despatologización de las identidades trans y no binarismo de género"


Fotografías: Ximena Riffo Piña

(Viernes, 22 de octubre de 2010)
Conjuntos Difusos, grupo de debate y acción de Granada, participa de nuevo en la convocatoria de la Campaña Internacional Stop Trans Pathologization STP 2012, convocada por la Red Internacional por la Despatologización Trans, con dos actos en Granada.

El primer acto organizado por Conjuntos Difusos dentro de la Campaña Internacional Stop Trans Pathologization STP 2012, en Granada, el jueves 21 de octubre, ha sido una conferencia a cargo de Aimar Suess y Kim Pérez, ambos de Conjuntos Difusos, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de Granada.

La conferencia fue organizada por Pablo Laguna Sánchez, integrante de la Junta Directiva nacional de Europa Laica y también del grupo de Conjuntos Difusos, así como alumno de dicha Facultad, que presentó el acto. La fotógrafa Ximena Riffo Piña, practicando un "activismo fotográfico", como ella misma lo definió, realizó un amplísimo reportaje.

Entre las numerosas personas asistentes, se debe mencionar a Marieta Martín Castillo, una de las primeras Presidentas de la histórica Transexualia de Madrid, en 1989, la primera asociación transexual de España, y actual Secretaria de la Asociación de Ex Presos Sociales de la Represión Franquista, así como a Pedro Mendoza, cofundador con Jorge Puchol de la Asociación Nos, de Gais y Lesbianas de Granada, en 1993, y a Antonio Iáñez, actual Presidente en funciones de Nos.

La demanda principal de la Campaña Stop Trans Pathologization STP 2012 es la retirada de los “trastornos de identidad de género” del DSM, repertorio de enfermedades psiquiátricas, y del CIE, catálogo de enfermedades de la OMS, en el momento en que se anuncian sus revisiones para 2013 y 2014, respectivamente.

La homosexualidad fue ya despsiquiatrizada hace mucho y ya está maduro el tiempo para que se despatologice la transexualidad.

Además, la Campaña Stop Trans Pathologization STP 2012 propone una mención no patologizante en el CIE que reconozca la atención médica o quirúrgica a la transexualidad como proceso de salud, cuando la persona trans las requiera y las necesite.

Se puede añadir que el acceso a los tratamientos relevantes para las personas trans deberían facilitarse en régimen de autonomía informada de la persona que solicite esa atención, y no en régimen de autorización, como hasta ahora.

La Campaña Internacional STP 2012 ha alcanzado este año la presencia de sus actos en sesenta y una ciudades del mundo.

El próximo acto en Granada tendrá lugar el sábado 23 de octubre a la 1, en la Plaza de las Pasiegas, frente a la Catedral, en la hora más concurrida por el público, y consistirá en una performance en la que se expondrá la confrontación entre los conceptos binarios de género, que ahora dominan nuestra cultura, y los no-binarios, que representan un futuro libre que respete todas las identidades.

El acto concluirá por este año con la lectura del Manifiesto de la Red Estatal por la Despatologización de las Identidades Trans.

Guía de Buenas Prácticas para la atención sanitaria a personas trans

(Nota de prensa de la Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español, 17 de octubre de 2010)

Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español publica guía para un nuevo modelo de atención sanitaria

La Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español presentó documento de referencia para la generación de políticas sanitarias no patologizantes. La actividad forma parte de la campaña internacional Stop Trans Pathologization (STP2012) que el próximo sábado 23 de octubre realizará una inédita jornada de manifestaciones y actividades en 57 ciudades del mundo.

Una guía de buenas prácticas para la atención sanitaria a personas trans fue presentada por la Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español con el propósito de erradicar los procesos de intervención psiquiátrica a los que son sometidas las personas trans. En la publicación se plantean propuestas para asegurar el derecho de decisión sobre el propio cuerpo en un contexto de asesoramiento y consentimiento informado, sustituyendo el actual modelo de evaluación por uno de autonomía.
La Guía, elaborada por activistas e investigadores trans, sistematiza las principales críticas al actual modelo de atención y plantea principios alternativos para la generación de un protocolo de atención sanitaria a personas trans en el Sistema Nacional de Salud desde una perspectiva no patologizante.

“La enfermedad no está en las personas que tenemos experiencias diversas en la vivencia de los sexos y los géneros, sino en la transfobia de la sociedad actual. Reivindicamos el derecho de las personas trans a acceder a una atención sanitaria de calidad y públicamente cubierta, sin estar sujetas a un proceso de diagnóstico y evaluación de género en términos psiquiátricos”, explica Alira Araneta, una de las portavoces de la Red por la Despatologización de las Identidades Trans, que ha participado en la redacción de la guía sanitaria alternativa para la atención de personas trans presentada este domingo.

La publicación de este documento coincide con el “Octubre Trans” que convoca desde el año 2007 la Red Internacional por la Despatologización Trans, para exigir la retirada de los Trastornos de Identidad de Género de los catálogos internacionales de enfermedades. El próximo sábado 23 marcará un nuevo hito para el movimiento trans a nivel internacional, pues habrá manifestaciones y actividades simultáneas en 57 ciudades de todo el mundo, 18 de ellas en el ámbito español.

“A un paradigma que considera a las identidades trans como una patología contraponemos el reconocimiento de la diversidad como un valor humano básico y fundamental. Luchamos para que este cambio de paradigma se extienda en nuestra sociedad y se traduzca en cambios concretos en el ámbito legal y sanitario”, subraya Aimar Suess, otro de los portavoces de la campaña.

La Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español ha reiterado su llamada al Gobierno español para que modifique la actual Ley 3/2007, conocida como “Ley de Identidad de Género”, con el objetivo de posibilitar un reconocimiento legal del nombre y/o género elegido sin los requisitos de un diagnóstico y tratamiento médico. Asimismo, han propuesto la abolición de la mención del sexo en los documentos públicos oficiales, por considerar que es un dato obsoleto cuya supresión facilitaría considerablemente la vida cotidiana de las personas trans.

Avance de la demanda despatologizadora en el estado español

El año 2007 fue el punto de partida de una movilización de carácter internacional coordinada por activistas de Madrid, Barcelona y París. Desde esta fecha, cada mes de octubre se realizan manifestaciones por la despatologización trans en ciudades de todo el mundo.

Las movilizaciones impulsadas por la Red por la Despatologización Trans lograron este año el pronunciamiento del Gobierno español a favor de la demanda. Sin embargo, el anuncio gubernamental de gestiones ante la Organización Mundial de la Salud para la eliminación de la transexualidad de su listado de enfermedades, no ha considerado hasta el momento la modificación de la llamada Ley de Identidad de Género, que aún exige para el cambio de nombre y sexo un previo diagnóstico de disforia de género y tratamiento médico mínimo de dos años.

Por su parte, recientemente el Ministerio de Sanidad y Política Social ha establecido una mesa de trabajo para elaborar un protocolo de atención sanitaria a personas trans.

La Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español pidió en la ocasión al Ministerio de Sanidad y Política Social considerar la participación del movimiento trans en los procesos de elaboración de las políticas públicas sanitarias que les compete e incluir a representantes de la Red por la Despatologización en la mesa de trabajo para la elaboración de un protocolo de atención sanitaria a personas trans.

“Abierta y claramente lo decimos. Hemos impulsado la lucha por la despatologización local e internacionalmente y como red activista especializada en la temática, en los procesos de elaboración de políticas sanitarias trans-específicas, tenemos todo el derecho a estar en la elaboración de un protocolo de atención sanitaria a personas trans”, subraya Miquel Missé, activista trans y otro de los portavoces de la campaña por la despatologización trans.

Entre las manifestaciones públicas más importantes que se realizarán en el estado español se cuentan las que recorrerán Madrid y Barcelona la tarde del sábado 23 desde las Plazas Jacinto Benavente y Plaza Universitat, respectivamente. La convocatoria en Madrid parte a las 19:30 hrs. y la de Barcelona a las 18.

PARA MÁS INFORMACIÓN:
WEB STP2012 INTERNACIONAL: www.stp2012.info
BLOG STP2012 – ESTADO ESPAÑOL: http://stp2012.wordpress.com/

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(Comunicado de la Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español, 17 de octubre de 2010)

Por un nuevo modelo de atención sanitaria para personas trans

Hoy, domingo 17 de octubre de 2010, publicamos una Guía de Buenas Prácticas para la Atención Sanitaria a personas trans en el marco del Sistema Nacional de Salud, editada por la Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español.

Con esta publicación, presentamos una propuesta de un modelo de atención sanitaria a personas trans en la que se sustituye el actual proceso de evaluación de género en términos psiquiátricos por un protocolo que otorga a la persona interesada el derecho de decisión sobre su cuerpo, dentro de un proceso de información, asesoramiento y consentimiento informado.

La Guía ha sido elaborada por activistas e investigadores trans y tiene como base las perspectivas y experiencias de las comunidades trans que luchamos por la despatologización. Nuestro objetivo es ofrecer una herramienta de trabajo y discusión para la elaboración de un protocolo de atención sanitaria a personas trans desde una perspectiva no patologizante y el reconocimiento de una amplia diversidad de identidades y trayectorias trans.

La publicación de este documento coincide con las fechas anuales de la Campaña STP 2012, convocada por la Red Internacional por la Despatologización Trans, en cuyo marco el próximo sábado 23 de octubre se realizarán manifestaciones y otras acciones en 57 ciudades de todo el mundo para pedir la retirada de los Trastornos de Identidad de Género de los catálogos internacionales de enfermedades.

En mayo de este año, el Gobierno español ha declarado su compromiso para solicitar a la Organización Mundial de la Salud la eliminación de la transexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Y en los últimos meses, el Ministerio de Sanidad y Política Social ha iniciado un proceso de elaboración de un protocolo de atención para personas trans.

Desde la Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español, valoramos estas actuaciones a la vez de señalar la importancia de que se traduzcan en verdaderos cambios en la atención sanitaria a las personas trans.

Demandamos asimismo nuestra participación, como red activista especializada en la temática, en los procesos de elaboración de políticas sanitarias trans-específicas, y concretamente en la mesa de trabajo que ha constituido el Ministerio de Sanidad y Política Social para la elaboración de un protocolo de atención sanitaria para personas trans.

Reivindicamos el derecho de las personas trans a acceder a una atención sanitaria de calidad y públicamente cubierta, sin estar sujetas un proceso de evaluación psiquiátrica.

Luchamos por un cambio real de la práctica clínica en las así llamadas “Unidades de Trastornos de Identidad de Género”.

Demandamos la inclusión de la atención sanitaria trans-específica a las prestaciones del Sistema Nacional de Salud, para garantizar un acceso igualitario en todo el contexto español.

Con la Guía de Buenas Prácticas, queremos poner sobre la mesa principios y propuestas concretas para impulsar un modelo de atención sanitaria a personas trans que esté basado en una perspectiva despatologizadora.

Invitamos a publicar y distribuir el documento.

Red por la Despatologización de las Identidades Trans del Estado Español

DESCARGA DOCUMENTO:
Guía de Buenas Prácticas para la Atención Sanitaria a personas trans en el marco del Sistema Nacional de Salud: http://stp2012.info/guia/STP-propuesta-sanidad.pdf

PARA MÁS INFORMACIÓN:
WEB STP2012 INTERNACIONAL: www.stp2012.info
BLOG STP2012 – ESTADO ESPAÑOL: http://stp2012.wordpress.com


miércoles, 13 de octubre de 2010

Día Internacional de Lucha por la Despatologización de las Identidades Trans en Granada



Un año más, Conjuntos Difusos participa en el Día Internacional de Lucha por la Despatologización de las Identidades Trans, convocado por la Red Internacional por la Despatologización Trans (Campaña STP 2012), bajo el lema "Las identidades trans no son una enfermedad".

Conjuntos Difusos realizará las siguientes actividades en Granada en apoyo a la Campaña Internacional STP 2012:

Jueves, 21 de octubre de 2010

Mesa redonda con la participación de integrantes de Conjuntos Difusos.

Lugar: Salón de Grados, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad de Granada, c/ Rector López Argueta s/n, Granada.

Hora: 19 hs

Sábado, 23 de octubre de 2010

Concentración y performance

Lugar: Plaza de las Pasiegas, Granada

Hora: 13 hs

¡Ven y participa!

Para más información sobre la Campaña Internacional STP 2012: www.stp2012.info

sábado, 9 de octubre de 2010

3º Encuentro Europeo Trans de TGEU en Malmoe

Miembros de Conjuntos Difusos estuvieron participando en el 3º Encuentro Europeo Trans, organizado por Transgender Europe (TGEU) durante los días 30 de septiembre a 3 de octubre de 2010 en Malmoe, Suecia.

Durante el Encuentro, un grupo de activistas trans de Turquía sufrieron en dos ocasiones ataques transfóbicos y racistas, así como un trato discriminatorio por parte de la policía.

Desde Conjuntos Difusos, condenamos la violencia transfóbica y racista que experimentaron nuestr*s compañer*s. ¡Tenéis todo nuestro apoyo!
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Para leer la declaración que aprobaron l*s participantes del encuentro en condena de los ataques y del trato policial (texto en inglés): entrar aquí.

Además, adjuntamos una descripción más detallada de los hechos (extracto traducido de la declaración):

El martes un grupo de jóvenes acosó a l*s activistas de forma transfóbica y racista cuando est*s entraban en un restaurante. A la salida, l*s activistas fueron atacad*s físicamente por este mismo grupo, que les lanzó huevos. En un momento dado, los agresores también restregaron un huevo en la cara de una de l*s activistas. La policía no respondió adecuadamente ante la denuncia de este caso de violencia.

A la mañana siguiente, Transgender Europe y RFSL solicitaron una investigación apropiada. Sin embargo, cuando l*s activistas fueron entrevistad*s por la policía más adelante en la tarde, se les realizó una serie de preguntas inaceptables y ofensivas respecto a su identidad de género y su derecho a estar en Suecia. Además, el uso incorrecto de nombres y pronombres violó la dignidad de l*s activistas. Con su comportamiento, la policía hizo que l*s activistas se sintiesen intensamente vejad*s y humillad*s.

Otro acto de violencia transfóbica tuvo lugar más tarde, el viernes por la noche, cuando l*s activistas estaban en el Crown Nightclub y un cliente abofeteó a una de ell*s en la cara. Después de que l*s activistas se quejaran, el personal del bar ordenó abandonar el local a l*s activistas trans, sin cuestionar al agresor. A estas alturas l*s activistas ya no confiaban en que la policía fuese a dar una respuesta correcta y no denunciaron este segundo incidente.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Nadie pasa

Por Aimar Suess

“Nobody passes” (“Nadie pasa”)1 es una antología de experiencias escritas en primera persona sobre diferentes situaciones de “passing”, la imposibilidad de pasar o la decisión de no seguir intentándolo, no sólo respecto a la identidad de género, sino también en referencia a otras múltiples dimensiones de la identidad y sus intersecciones: la procedencia cultural, etnia, sexualidad, clase, edad, diversidad corporal, estatus de salud, subcultura… abriendo reflexiones diversas sobre la asimilación y desobediencia, adaptación y subversión, el pasar y no pasar.

Su lectura me suscitó la pregunta qué serían las experiencias de un passing / no passing en nuestro propio contexto cultural… y me hizo preguntarme a mí mismo sobre mis propias vivencias con la frase “nadie pasa”, como persona con una trayectoria de género divergente y experiencia transnacional.

Seguir leyendo... La primera cosa que me viene a la cabeza al escuchar la palabra “passing” no es el intento de “pasar” como chico trans, sino el esfuerzo frustrado de “pasar” dentro del género asignado al nacer. En los largos años en los que vivía una identidad de género no binaria sin disponer de referentes explícitos para autonombrarme (ya que el modelo biomédico de la transexualidad no me ofrecía un referente válido), me acompañaba la sensación de un esfuerzo de passing cuando me sentía obligado a representar el género asignado al nacer, cuyas reglas de juego me parecían ajenas y que no lograba reproducir con autenticidad. En estas raras ocasiones sociales, cenas de trabajo u otros eventos análogos, en las que se me pedía reproducir una “femineidad” explícita, tenía que revocar mi experiencia teatral (“la vida es puro teatro”, “life is drag”) para consolarme ante la obligatoriedad de ejercer una performance no elegida. Y el intento de passing dentro del rol femenino siempre fallaba, había algo que no parecía convencer en mi actuación.

En el momento de autonombrarme abiertamente como persona trans, sentí un alivio enorme al disponer de una justificación para negarme a esta performance de la femineidad. A la vez, le di muchas vueltas a las expectativas relacionadas con la identidad trans. Algo en mí se resistía a adaptarme a unas normas internas a la comunidad trans después de haberme negado durante años a las normas implícitas en el ejercicio del género asignado. Por esa razón, tardé mucho tiempo en cambiar mi nombre, dudé en vendarme los pechos y sigo planteándome si tomar hormonas o no. Esta autodescripción puede sonar como si estuviera “por encima” de cualquier intento de passing, lo que ciertamente no es así, porque en algún momento cambié mi nombre, me siento atraído por la estética de los pechos vendados de mis compañeros trans, a veces experimento cierto deseo por la testosterona y me cuesta distinguir en cada momento qué parte se debe a una elección propia y qué parte a una necesidad de formar parte.

A la vez, mi resistencia a seguir un “guión” prescrito cómo convertirme en persona trans, me ha llevado a unas experiencias no exentas de interés: El hecho de presentarme como persona trans a la vez de preservar mi nombre asignado al nacer hizo que, en más de una ocasión, personas –trans y cis- me preguntaran de dónde a dónde transitaba. Me sorprendió que la confusión que producía la no coherencia entre el nombre y la presentación como trans (que fallaba a la expectativa de que una persona trans con nombre femenino = mujer trans; una persona trans con nombre masculino = hombre trans) tuviera una influencia tan marcada en cómo se me “leía”. De alguna forma, esta “incongruencia” borraba y modificaba la percepción visual de mi cuerpo que podría dar pistas sobre este “de dónde a dónde transitaba”. En el fondo, la prevalencia del nombre –de la enunciación lingüística- sobre las características sexuales secundarias podría leerse como un argumento para cuestionar la obligatoriedad de la modificación corporal para “pasar”. O apoyar la frase de que la mejor forma de pasar es no intentar pasar…

A la vez, vari*s amig*s me han señalado que eso sólo era posible porque a) efectivamente transitaba de una asignación femenina a una masculina, aprovechándome de la existencia de un mayor margen, según su opinión, para las posiciones intermedias en el tránsito FtM o Ft* y b) mi aspecto un tanto andrógino ayudaba a que se pudiera plantear una pregunta semejante.

Mi tardanza en seguir las reglas de juego de lo trans (que a veces he sentido, ante mí mismo, no como una mayor valentía, sino como una cobardía en el camino de hacerme más visible como persona trans), curiosamente no me han llevado a ser menos aceptado dentro de la comunidad trans. Eso habla muy positivamente de una creciente apertura dentro del movimiento trans ante la diversidad de expresiones e identidades de género que exceden el eje pre- / pos-op. Podría hacer también una lectura de un cierto entrenamiento personal en el ejercicio de un “soy diferente, y qué”, forjado por otras dimensiones de mi trayectoria personal, y apoyado por un legado familiar de reivindicación de la diferencia (“nunca te adaptes a nada, puedes estar orgullosa de ser zurda, Leonardo da Vinci también lo era”). Un legado familiar que, ante todo, es reflejo de un cierto privilegio de clase, de un cierto capital cultural y social heredado en el que la no adaptación a las normas sociales podía leerse como una posición vanguardista y artística (“ser como Leonardo da Vinci”), en vez de como un hándicap.

Sea por lo que sea, me encontré con mucha apertura en la comunidad trans ante mi posición no binaria. E incluso, en los momentos en los que enunciaba que, quizás, estaba pensando empezar a utilizar un binder o a hormonarme, me encontraba, de forma reiterada, con la respuesta: “No lo hagas. Sería una pena que tú también lo hicieras”. Lo que muestra lo sutil que puede ser la línea que separa la exclusión del proceso de conversión en referente…

A la vez, me toca muy de dentro cuando alguien me devuelve haberme percibido como tal, porque yo mismo sigo buscando referentes de lo no binario, y cuando los encuentro, estos hombres con pechos y otros seres no clasificables, pienso con alivio: si esta persona existe, si este cuerpo existe, el mío también puede existir.

Al releer lo escrito, me acuerdo de uno de los textos del libro “Nobody passes” en el que la autora reflexiona sobre la tendencia de reinvención “maquillada” de nuestras propias narrativas, dejando fuera los aspectos poco lustrosos del ejercicio de “pasar” o “no pasar”. Desde luego, es muy fácil reescribir la propia trayectoria como ejercicio heroico de subversión ante las normas sociales.

En uno de los relatos, el autor, de religión judía, aparca su coche dos calles más allá cuando queda un sábado con otras personas de su comunidad, porque en Sabbath no se debe conducir... me parece que tod*s compartimos esta experiencia de actitudes de passing cotidianas, insignificantes y encubiertas… adaptaciones sutiles y hasta ridículas a los entornos sociales, espacios contraculturales y grupos de referencia en los que nos movemos y que nos gusta invisibilizar ante la autorrespresentación como personas libres de la necesidad de un passing

Me pregunto en qué medida mi relato no representa un ejemplo de esta re-escritura maquillada del propio passing cotidiano, y qué serían mis momentos de aparcar el coche dos calles más allá…

Un relato de un chico trans mestizo me remite a otra experiencia relacionada con el passing en mi vida – la trayectoria transcultural y la resistencia a esta otra adscripción obligatoria y no elegida, la de la nacionalidad asignada al nacer. Al igual que el autor del texto, encuentro un cierto paralelismo entre ambas dimensiones del passing, y curiosamente me cuesta mucho más hablar de esta segunda dimensión.

En mi trayectoria transnacional, al igual que la transición en el género, tuve que luchar con el presupuesto de que el lugar de partida es el lugar de mayor familiaridad y cercanía (cuando a menudo sus códigos son más lejanos e incomprensibles que los elegidos) y enfrentarme con expectativas, proyecciones e atribuciones variadas, productos de la certeza infalible de aquellas personas que nunca han dudado pertenecer al lugar (y género) asignado al nacer.

Al igual de lo que cuentan algunas personas transexuales que no quieren ser reconocidas como tales y que notan que la compañía de otras personas trans dificulta su passing, a menudo hice la experiencia de que la forma de ser “leído” respecto a la procedencia cultural varía según quién estaba a mi lado. Curiosamente, mientras en la experiencia trans deseo ser más visible, en la dimensión transnacional me molesta que algo dificulte mi passing.

A la vez, de forma análoga a la experiencia trans, mientras nadie cuestiona el derecho –naturalizado- de encontrarse en el lugar asignado al nacer, la defensa del derecho de estar en el lugar de elección conlleva la necesidad implícita de justificación reiterada (“cómo es que te fuiste…”). Al mismo tiempo, el hecho de no querer ser identificado en la categoría asignada, para mí no significa querer adoptar automáticamente la categoría “de destino”. En este sentido, me siento más cerca de un “sin país” que de ninguna asignación nacional, al igual que me gustaría no tener que ver una V-M o una M-F en mi DNI.

A menudo he tenido oportunidad de tomar conciencia en qué medida una percepción de extrañeza respecto a mi género parecía reforzar una percepción de desconcierto en la lectura respecto a la pertenencia cultural: son aquellas personas que no saben encajar mi expresión de género que parecen necesitar “agarrarse” a la procedencia nacional como punto de referencia, preguntando por mi lugar de origen a falta de encontrar otro tema de conversación sin riesgo.

Por supuesto, al igual que en la dimensión de la identidad de género, la trayectoria sexual y la divergencia respecto a los modelos hegemónicos de relación, también respecto a la pregunta por la nacionalidad tengo una batería de respuestas preparadas (“soy de un planeta lejano”, “qué quieres, la respuesta corta o la respuesta larga” o “Cortázar tampoco sabía pronunciar la ‘r’”). Aún así, estas armas de autoafirmación subversiva no disminuyen la tristeza por las atribuciones ajenas y la aburrida necesidad de su deconstrucción continuada…

“Nadie pasa” – el título del libro que dio lugar a esta reflexión me devuelve una esperanza: como un passing perfecto es imposible, se abre todo un espacio de posibilidades para reivindicar el “no pasar”. Y todas las personas con las que me encuentro que se atreven a no pasar, todos los relatos sobre las alternativas al passing, me dan valor a continuar haciendo lo mismo…
1 Mattilda a.k.a. Matt Bernstein Sycamore (ed) (2006). Nobody passes: rejecting the rules of gender and conformity. Emeryville (CA): Seal Press.

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miércoles, 7 de julio de 2010

Octubre Trans 2010




Otro año más, Conjuntos Difusos participará en la Jornada Internacional de Lucha por la Despatologización de las Identidades Trans, convocada por la Red por la Despatologización Trans (Campaña STP 2012), a través de una acción que tendrá lugar en Granada el 23 de octubre de 2010.

Para participar en la preparación de la acción en Granada, ponte en contacto con: conjuntosdifusos[arroba]gmail.com.

Para más información sobre la Campaña STP 2012 y la Jornada Internacional de Lucha por la Despatologización de las Identidades Trans: http://www.stp2012.info/

Para más información sobre la acción en Granada: http://www.octubretransgranada.wordpress.com/

viernes, 25 de junio de 2010

Nota de prensa 25 de junio, Red por la Despatologización Trans

La Red por la Despatologización Trans exige que se retire el Premio Triangulo Rosa Año Trans a la UTIG de Madrid

Por un cambio del modelo de atención
en las “Unidades de Trastornos de Identidad de Género”

Desde la Red por la Despatologización Trans, recibimos con indignación la noticia de que COGAM otorga el “Premio Triángulo Rosa Año Trans” a la “Unidad de Trastornos de Identidad de Género” (UTIG) del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Consideramos muy grave que se conceda un reconocimiento de estas características a un equipo médico que trabaja en el marco de un protocolo patologizador y que expide certificados de “trastornos de la identidad de género” sin una postura crítica.
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Observamos una contradicción clara entre esta valoración positiva y la situación actual tanto de la UTIG de Madrid como de las otras unidades especializadas en el proceso de reasignación de género en el contexto español. Todavía hoy, estas Unidades no han expresado nunca su desacuerdo con el hecho de que la transexualidad esté catalogada como un trastorno mental. Lamentamos que la asociación COGAM, una asociación LGTB española, conceda el “Premio Triángulo Rosa Año Trans” a la UTIG del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y no sea capaz de reconocer el importante activismo trans español. Una de las principales exigencias del activismo trans en el mundo es que la comunidad médica deje de hablar en nombre de las personas trans, y que deje de considerarse la transexualidad como una enfermedad. Por ello nos parece muy grave simbólicamente que se conceda este premio a un equipo médico, que además no cuestiona la patologización de la transexualidad.

En un momento en el que el Gobierno español se ha comprometido a solicitar a la Organización Mundial de la Salud la eliminación de la transexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades, en las “Unidades de Trastornos de Identidad de Género” el acceso a los tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas de reasignación de género sigue dependiendo de un diagnóstico con terminología psiquiátrica. La persona trans que acude a la UTIG se encuentra expuesta a una evaluación externa sin certidumbre sobre la duración del proceso, y con un control de género por parte de algunos profesionales de esta unidad, que pueden dificultar sobremanera una relación respetuosa con el usuario. La función evaluadora del profesional de Salud Mental puede dificultar la expresión de posibles dudas y preguntas sobre el tratamiento. Constatamos que el protocolo de atención actual parte de un modelo de terapia tripartita que no recoge la diversidad de trayectorias y prioridades de tratamiento de las personas trans, además de seguir criterios diagnósticos basados en estereotipos de género obsoletos en la sociedad actual.

Por esas razones, pedimos que se retire de inmediato el “Premio Triangulo Rosa Año Trans” a la UTIG de Madrid y además se plantee urgentemente una reforma del modelo de atención seguido en las UTIG que debería incluir, pero no limitarse a un cambio de su denominación. En este sentido, demandamos:

• Un modelo de atención que no considere la transexualidad como trastorno mental o patología, sino que esté basado en el reconocimiento de la identidad de género y derecho de decisión sobre el propio cuerpo.
• El no seguimiento de los criterios diagnósticos actuales de “trastorno de identidad de género” establecidos en el DSM-IV y CIE-10.
• El libre acceso a las terapias hormonales e intervenciones quirúrgicas de reasignación de género, a través de un proceso de decisión compartida y consentimiento informado.
• Una atención personalizada que reconozca la diversidad de identidades de género y prioridades de tratamiento de las personas trans.
• La sustitución de la función evaluadora del profesional por un rol de información y acompañamiento en el proceso de tratamiento.
• La disponibilidad de un servicio de asesoramiento de carácter no obligatorio.
• La participación del movimiento trans en la elaboración de los protocolos clínicos y en la gestión de la atención sanitaria trans-específica.

Red por la Despatologización Trans, 25 de junio de 2010

Video: Manifestación Internacional de Lucha Trans e Intersex

Manifestación Internacional de Lucha Trans e Intersex

Stop Trans Pathologization

Barcelona, 5 de junio de 2010.

Organizada por: Red Internacional por la Despatologización Trans

Convocada por: TransBlock, Xarxa de Acció Trans-Intersex de BCN

Más información: http://www.stp2012.info/

miércoles, 9 de junio de 2010

Nota de prensa de STP 2012: Manifestación de lucha trans e intersex

Barcelona acogió este sábado la mayor manifestación contra la patologización de la transexualidad de la historia






Hoy, sábado 5 de junio, más de mil activistas trans de los cinco continentes se han manifestado en Barcelona para exigir la retirada de la transexualidad de los manuales de enfermedades.

En el marco del primer Congreso de Identidad de Género y Derechos Humanos que se desarrolla esta semana en Barcelona, hoy, sábado, ha tenido lugar una manifestación pública en las calles de Barcelona, convocada por la Red Internacional por la Despatologización Trans para exigir la retirada de la transexualidad de los manuales de clasificación de enfermedades.

La manifestación forma parte de la campaña STP 2012 que lucha para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) dejen de considerar la transexualidad como una enfermedad. Asimismo exigen al gobierno español la eliminación del diagnóstico de “disforia de género” y de un tratamiento médico de, al menos, dos años como requisitos para acceder al cambio de nombre y mención de sexo legal, regulado en la ley de identidad de género aprobada el 2007.

La campaña internacional por la despatologización de la transexualidad, Stop Trans Pathologization, ha tenido un alto impacto en la agenda del movimiento de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, logrando en octubre pasado manifestaciones en más de 40 ciudades de todo el mundo.

La manifestación contó con la asistencia de más de mil activistas de los cinco continentes y se desarrolló en un ambiente ampliamente participativo y culturalmente diverso. Concluyó en la Plaça de Sant Jaume con una performance y la lectura de un manifiesto a favor de los derechos humanos de las personas trans, la denuncia de la transfobia y la demanda de la despatologización de la transexualidad.


RED INTERNACIONAL POR LA DESPATOLOGIZACION TRANS


sábado, 29 de mayo de 2010

¿Qué es un macho? ¿Qué es una hembra?

Por Pablo Vergara

En estos días me están “obligando” a hacer una reflexión profunda sobre el sistema sexo-genérico. Para mí es muy fácil cerrar los ojos y decir “mi biología no tiene importancia”, o, como dijo Simone de Beauvoir “la biología no es destino”. Sí, mi cuerpo tiene unas características determinadas ¿Y qué pasa con ello? No le hago caso, eso no vale, lo que vale es el cerebro, los procesos de pensamiento, la lógica, los sentimientos. Puedo cerrar los ojos y no pensar más en ello. Simplemente.

Sin embargo, en el proceso de reflexión que se está viviendo dentro de la casa, me he encontrado con personas que dicen que la realidad sexo-genérica es algo que está ahí, que no se puede ignorar, que de algún modo nos condiciona, y no es una teoría o algo abstracto. La realidad de las diferencias entre machos y hembras es evidente, real, igual que también son evidentes las realidades intersex, que con su mera existencia invalidan la afirmación de que la humanidad está dividida únicamente entre hombres y mujeres.
Pensar sobre esto también me ha llevado a reconocerme como biologicista en otro punto. Soy biologicista porque me hormono. Necesito construir mi cuerpo dentro de una biología masculina para sentirme bien y tranquilo conmigo mismo, y en ese camino no me importa jugarme la salud, el dinero, el tiempo o la paciencia. Necesito que mi biología se acerque lo máximo posible a mi identidad de género. En parte por eso me hace daño aceptar el término “hembro”, que se utiliza en este proceso.

Me han hecho ver, también, que la postura de negarse a atender a la biología es biologicista, desde el punto de vista en que uno evita tratar los puntos de debate relacionados con la biología con la sentencia absoluta de “eso no tiene importancia”. Decir que la biología no tiene importancia por ser biología es tan determinante como decir que las hembras tienen que ser mujeres por ser hembras. Hace falta profundizar más.

Un amigo, que ha leído mucho más que yo sobre el tema, sostiene que la concepción de “macho”, “hembra” o “intersex” es una construcción cultural que se ha hecho a partir de la evolución de la medicina. Para ello suele apoyarse, entre otras obras, en “La construcción del sexo”, de Laqueur, que muestra como las representaciones de las diferencias sexuales entre hombre y mujer han ido variando en función de la ideología de la época, pasando de un modelo “unisexo”, en el que se consideraba que el cuerpo del hombre y el de la mujer eran iguales en materia (con fluidos parecidos, como la sangre, orina, leche, semen), y que sólo una diferencia metafísica hacía que las mujeres se desarrollasen de manera imperfecta en relación al desarrollo del cuerpo del hombre, que sí que era perfecto, hasta el modelo de dos sexos que es el que tenemos ahora, que diferencia, no sólo la forma de los genitales, sino el organismo entero.

De modo que el sexo, que nosotros damos como algo “natural”, “inevitable”, “de nacimiento”, es en realidad otro sistema de representación cultural. Él me lo explica, y también me lo explica la teoría queer, pero a la hora de la verdad, cuando yo intento explicarlo aquí, no soy capaz. Quizá me vendría bien leer algo más sobre el tema, porque al final siempre me doy de boca contra la evidencia de que, lo mires como lo mires, la diferencia física existe. Ya puedes decir que es un solo sexo que se desarrolla de manera más o menos perfecta, o que son dos sexos totalmente diferenciados… la gente puede estirar el dedo índice y señalar que somos distintos, como si jugásemos a un pasatiempo de “las siete diferencias”.

Así que tengo que reflexionar un poco más. Intuitivamente, desde mi desconocimiento del trabajo que han hecho otros autores, siento que la construcción del sexo no es tan real ni tan firme como me han dicho, pero lo cierto es que mi razón no es capaz de darme explicaciones lógicas que resulten convincentes. Y no puedo hacer caso simplemente a mi intuición, porque es evidente que el deseo profundo que albergo en mi corazón es huir de mi biología hacia una biología de macho. Tengo que fundamentarme bien.

Hay que empezar por el principio. ¿Qué es una hembra? ¿Qué es un macho? Es muy diferente preguntarse esto a preguntarse qué es un hombre o una mujer. Hoy en día, la medicina, cuando trata de evaluar la intersexualidad de una persona, atiende a tres características: cromosómica, genital y hormonal. Sin embargo, cuando se habla de hombres y mujeres, se atiende a siete características (más o menos una), que son: cromosómica, genital, morfológica, gonadal, hormonal, psicológica y psicosocial.

Imagino que los médicos deben considerar que tener en cuenta el criterio morfológico en los “diagnósticos” de intersexualidad es irrelevante porque la intersexualidad es “de nacimiento”, es decir, está presenté en el bebé recién nacido, y en ese aspecto la morfología de todos los bebés es igual. Sin embargo, las hormonas sexuales de todos los bebés también son iguales… O quizá la referencia a la morfología se omite porque se supone que “de forma natural” a unas hormonas dadas corresponde una morfología dada. O vaya usted a saber. Teniendo en cuenta lo interesante que es la morfología de las personas intersex más allá de la forma de sus genitales (que no siempre son ambiguos), me parece un descuido imperdonable omitir este criterio, que sin embargo sí se tiene en cuenta para hombres y mujeres. Como nuestra cultura no proporciona ningún género ligado a lo intersex, las características psicológica y psicosocial no se tienen en cuenta.

Tampoco debería tenerlas en cuenta yo, si quiero intentar entender qué es un macho o una hembra. Hagamos como que no hay ningún género asignado a estos conceptos, o será imposible distinguir entre hembra/macho y hombre/mujer.

La hembra normal suele ser una persona que tiene sus cromosomas sexuales XX, genitales claramente femeninos, hormonas femeninas, y morfología de mujer. Con el macho normal pasa lo mismo: todo coincide. El resto de combinaciones se ha designado como “intersex”.

El universo intersex se convierte entonces en algo fascinante, mucho más que los limitados conceptos de “macho” y “hembra”. Puede darse una persona con cromosomas XY, genitales femeninos, gónadas masculinas (internas) y morfología femenina. Puede darse una persona con cromosomas XX, sin vagina y con un clítoris hipertrofiado, que daría lugar a unos genitales parecidos a los masculinos, con gónadas femeninas, hormonas femeninas y morfología femenina. Pueden existir personas intersexuales con cromosomas XXY, XXXY, con o sin ambigüedad sexual, con o sin ambigüedad gonadal, con o sin ambigüedad morfológica, con o sin ambigüedad hormonal…

¿Y yo que soy? Tengo los cromosomas XX, y mis genitales son femeninos (aunque con un clítoris cada vez más hipertrofiado, que se asemeja a un pequeño pene y funciona de manera similar), tengo gónadas femeninas, pero mis hormonas probablemente ya son sólo masculinas (los andrógenos inhiben la producción de estrógenos, y hace meses que no menstruo), y mi morfología es más femenina que masculina, pero empiezo a desarrollar rasgos masculinos, como la voz más grave, el vello facial, mayor masa muscular, redistribución de la grasa corporal… eso sin contar con que mi altura y complexión físicas son grandes para mujer, y normales para hombre, especialmente ahora que estoy en Ecuador. Reúno en mí características de ambos sexos. ¿Soy intersex?

La respuesta es que no, porque la intersexualidad es una característica adscrita sólo al nacimiento. Uno puede “crearse” hombre o mujer, pero no puede crearse macho o hembra, igual que no puede crearse intersex. Intersex es una condición sexual.

¿Qué sería un hombre transexual que se hubiese hormonado durante años, se hubiese extirpado sus órganos reproductores y se hubiese sometido a una faloplastia o metaidoioplastia? Cromosomas XX, genitales masculinos, hormonas masculinas, gónadas inexistentes y morfología masculina. ¿Se le puede seguir considerando “hembra” en base a que conserva los cromosomas XX? Entonces ¿habría que considerar macho a la persona XY que teniendo una insensibilidad natural a los andrógenos se desarrolla en un fenotipo femenino? Ah, no, estas personas son intersex.

El sexo, pues, está ligado al momento del nacimiento. En más de una ocasión he leído “se puede cambiar (o reasignar) el género, pero no el sexo”. Porque el sexo es un sello de nacimiento. El sexo son las características que uno tiene al nacer, y de nada sirve que a lo largo de la vida de una persona, esa persona vaya cambiando las características “sexuales”. Siempre quedará un rescoldo, un vestigio, algo de lo que no se pudo deshacer, algo que no pudo conseguir, ya sea un código genético determinado, o la imposibilidad de desarrollar gónadas de una determinada clase. A eso nos agarraremos para seguir diciendo “eres hembra, igual que cuando naciste”.
De este modo, el sexo está adscrito a la persona desde el nacimiento, porque culturalmente no se permite el cambio. La tecnología y los avances médicos y quirúrgicos no pueden convertir a una hembra 100% en un macho 100%, pero si pueden convertirnos en intersex, en personas que tienen partes femeninas y partes masculinas. Desde este punto de vista, el cambio de sexo sería real. Sin embargo, esto es algo no permitido, pues el acceso a la intersexualidad, como ya he indicado, es un privilegio de nacimiento.

Esto es también un hecho cultural. Posiblemente en una cultura distinta, o en un planeta alienígena se podría eliminar la existencia de la intersexualidad flexibilizando los conceptos de “macho” y “hembra”, y adscribiendo a las personas intersexuales en una de esas dos categorías, en función, por ejemplo, de a qué sexo se pareciesen más (de hecho, así suele ser como se adscribe a los intersex en un género u otro). En esa cultura más flexible, podría ser posible cambiar de sexo cuando las características de la persona se pareciesen más a un sexo que al otro, siempre que se considerase que las características “construidas” son tan válidas como las “de nacimiento”.


Nuestra cultura no es así. Como si fuésemos un automóvil que sale de la fábrica con un número de bastidor, número que permanece inmutable a pesar de todos los cambios que se hagan en el coche, a nosotros al nacer se nos asigna un sexo, que, por cierto, depende tan solo de la forma de nuestros genitales (lo cual puede mover a error en algunos casos, pero de eso no se habla). Ese sexo es nuestro número de bastidor. No importa que con el paso del tiempo ya no quede más que una o dos características que justifiquen la asignación a ese sexo, lo que importa es que fue el que se nos asignó al nacer, grabado a fuego, imposible de cambiar. El sexo se considera algo natural, es más… es nuestra naturaleza. Y lo natural no puede ser cambiado por el ser humano, porque sólo lo puede cambiar Dios. La Ley de la Naturaleza está por encima de nuestras posibilidades.

Los seres humanos, que hace ya millones de años que dejamos de estar atados a la naturaleza, insistimos en creernos ligados a la naturaleza en tan sólo dos aspectos: el nacimiento y la muerte. Lo que es “de nacimiento” no se puede cambiar, es natural. La muerte también se considera algo natural… como si hoy en día no dispusiésemos de tratamientos médicos que logran prolongar nuestras vidas mucho más allá de los dictámenes de la naturaleza.

La muerte existe, y las diferencias morfológicas también, pero ya no son tan naturales como antaño. Igualmente, los kilómetros siguen teniendo la misma longitud que antaño, pero lo que antes eran distancias casi insalvables, hoy gracias a la tecnología, se pueden recorrer en sólo unas horas. El mundo es ahora del mismo tamaño que era en el S. XVIII, pero los aviones, los trenes de alta velocidad, e incluso los motores de los automóviles y las carreteras asfaltadas, tan lisas, lo han vuelto mucho más pequeño.

¿Y cómo influye el sexo en la persona? ¿Yo sería diferente si en el día
de mi nacimiento los médicos hubiesen dicho “es niño”? Sin duda lo sería. Mi biografía sería totalmente distinta. En realidad, ni siquiera sería yo… Pero también sería diferente si en lugar de nacer en España hubiese nacido en Afganistán, o en Canadá, o en Australia, o en Japón…

Una amiga dice que en realidad quienes somos es un diálogo entre la biología y la biografía. No podemos poner todo el peso en la biología, porque entonces seríamos solo machos o hembras, y punto. No podemos poner todo el peso en la biografía, porque entonces seríamos ángeles, espíritus incorpóreos… Nos vemos obligados a mantener un diálogo constante entre nuestro cuerpo y nuestra mente, y esto no es sólo válido para las personas transexuales, sino para todos. Para las personas que, llegada una cierta edad, siguen sintiendo su mente viva y ágil como siempre, pero su cuerpo torpe y dolorido. Para las personas que son bellas por dentro y poco atractivas por fuera. Para el auxiliar de contabilidad que en sus ratos libres practica deportes de aventura y ha visto paisajes con los que otros tan solo sueñan.

Hay otro factor que hoy me ha hecho ver un amigo de aquí, que es el del “palimpsesto”. El palimpsesto es una la práctica que se llevaba a cabo en la edad media, y que consistía en borrar los textos de los libros y escribir otras cosas sobre ellos. Mi amigo hace una analogía entre el palimpsesto literario y la forma en que los demás escriben y reescriben sobre nosotros ciertas cosas que nos configuran. Las trenzas que mi madre me hacía en mi infancia, la admiración que sentía por mi abuelo, la forma de comer, las tradiciones familiares, la presión de mis compañeros de clase, el amor hacia las personas que me querían como chica, la diferente forma de tratar a hombres y mujeres, que me iba dibujando por debajo de la piel surcos que nadie veía, el combate interno librado constantemente en mi mente, y el decir al final “pues no”.


De modo que el diálogo entre la biología y la biografía no incluye sólo la forma de nuestro cuerpo, nuestras preferencias y nuestras decisiones, sino lo que otros han hecho de nosotros, de forma consciente o inconsciente. Y esas letras que otros han dibujado sobre nuestros cuerpos dependen en mucho de nuestra biología.

La biología influye sobre nuestra autopercepción, y también sobre la percepción que los demás tienen sobre nosotros. La percepción de los demás influye también sobre nosotros. Nuestras decisiones influyen sobre nuestra biología. Tal vez, tratar de investigar qué parte influye cómo en nosotros mismos es un planteamiento erróneo. Quizá debemos considerarnos, más bien, como un ecosistema, en el que un pequeño cambio varía el todo, y donde no hay una parte más importante que otra, aunque a primera vista parezca que sí. De este modo, si queremos comprendernos a nosotros mismos, no habrá que partir desde el biologicismo o el no biologicismo, sino desde un ecologismo bien entendido.

viernes, 28 de mayo de 2010

Encuentro TILGB en Guayaquil, Ecuador

Encuentro académico TILGB "Fobias a las diversidades sexuales" en Guayaquil, Ecuador, con motivo del Día Internacional por la Homofobia y Transfobia, 17 de mayo de 2010, con Pascal Hannoun y Jorge Santana, activistas transmasculino e intersex del Proyecto Transgénero, Quito.

Más información en: www.proyecto-transgenero.org y www.generofluido.wordpress.com

Pascal Hannoun






Jorge Santana



Precisión lingüística

Por Kim Pérez

Los antiguos comenzaban sus estudios definiendo exactamente las palabras más significativas que iban a usar. Aunque no se estuviera de acuerdo con la definición, aquello era un magnífico medio para entender bien lo que querían decir y no perderse.

Me he dado cuenta de que el par de expresiones binarismo/ no-binarismo (sexogenérico), requiere esa clase de esfuerzo de precisión lingüística.

Cuando decimos binarismo sexogenérico, nos referimos habitualmente a la idea de que sólo existen dos sexogéneros, hombre y mujer, muy definidos y diferenciados. (Muchos, más o menos definidos, sentirán o sentiréis, al llegar a este punto, una especie de comezón: “¿Es que no es así?”)
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Añadamos algo. Esta idea implica una normativa: a) Los hombres deben ser masculinos y las mujeres femeninas; b) Los hombres deben ser amantes de las mujeres y las mujeres amantes de los hombres; c) Las realidades diferentes tanto corporales, como de identidad u orientación deben ser subsumidas en una de esas dos.

En resumen, dentro de los esquemas binaristas, todo se agrupa dentro de dos conjuntos y sólo de dos. Estos dos conjuntos se entienden cerrados mutuamente, sin intersecciones, y perfectamente diferenciados en los ámbitos anatómico, identitario y del deseo, como envueltos por una membrana que sea más bien una coraza. Las personas que no se ajusten de hecho a ellos, deben integrarse sin ambigüedad alguna en uno de ellos, y si no lo hacen, serán castigadas.

Esta realidad de varios planos (anatómico, pulsional e identitario) se organiza por tanto siempre en dos sexogéneros, y por eso se habla de binarismo sexogenérico. Esta idea está suficientemente clara en el discurso verbal. Sin embargo, cuando se pretende extremar la abstracción hasta llegar a expresarla matemáticamente, nos encontramos con algunas dificultades que trato a continuación de explicar.

El dos del discurso verbal no es exactamente el dos matemático. El dos verbal se refiere a dos conjuntos cerrados, A y B. El dos matemático se refiere a la forma en que se integran los conjuntos cerrados en general, que es mediante un “sí/no” o un “1/0”, como en los organigramas informáticos.

O sea, mientras que en el binarismo verbal, “si no eres hombre, eres mujer”, en el binarismo expresado matemáticamente el planteamiento es simplemente “eres hombre o no” o “eres mujer o no”.

Entonces, hay que precisar que la expresión matemática del binarismo sexogenérico indica sólo cómo se forman los dos conjuntos que reconoce el binarismo discursivo; y este binarismo matemático, de cierre en redondo mediante el “si/no” o el “1/0”, se aplicaría incluso si el discurso predominante, en vez de reconocer sólo dos conjuntos cerrados, reconociera tres, o cuatro, o los que fueren.

Cuando hablamos, discursivamente, de que la realidad sexogenérica humana está formada por conjuntos abiertos, difusos, intersectables, me parece que estamos más cerca de la expresión matemática de la teoría de los conjuntos difusos formados por un “más/menos”.

Si nuestro análisis de la realidad reconoce la existencia de “n” conjuntos difusos de género, cada uno de ellos formados por un “más/menos”, como “más o menos hombre”, “más o menos mujer”, “más o menos intersex”, etcétera, cada uno de los cuales admite a la vez múltiples intersecciones o elementos compartidos en grados diferentes con otros conjuntos difusos, me parece que estamos bastante cerca de la expresión matemática.

Aventuro, o mejor me pregunto, si esta mayor coherencia de la teoría de conjuntos difusos de género con la expresión matemática, se deberá a su mayor cercanía con la realidad.

Conviene ver también que con la teoría de los conjuntos difusos de género estamos usando sólo una de las muchas expresiones matemáticas posibles, que pueden ser extremadamente finas.

Un conjunto difuso matemático se puede denominar según una realidad cualquiera que se pueda expresar en términos de más/menos. Por ejemplo, en el campo del sexogénero puede haber un conjunto difuso denominado por el desarrollo, en más o menos, del órgano clitorideopeniano; otro puede establecerse sobre el desarrollo, en más o menos, de las mamas, que como el anterior son órganos comunes a todos los seres humanos; en cambio, no puede haber conjuntos difusos sobre los grupos cromosómicos XX, XY, X0, etcétera, porque éstos no admiten más o menos, sino sí o no.

Pero teniendo en cuenta que hay personas XY que nacen con vulva y desarrollan pechos, nos damos cuenta de que es imposible, a partir de cualquiera de esas características, definir el conjunto difuso “hombres” o el conjunto difuso “mujeres”, que se constituye finalmente sobre identidades, que incluyen notoriamente a muchos trans masculinos y a muchas trans femeninas, mientras que otras muchas personas trans prefieren incluirse dentro de conjuntos difusos como “intersex”, “ambiguos” o cualquier otro.

Dicho esto, también debo aludir a otra precisión lingüística. Desde que empezó la reflexión sobre los conjuntos difusos de género, veo una tendencia, más bien divertida, a hablar de personas “difusas” en el sentido de ambiguas.

Es conveniente recordar que, como dice una amiga mía, “los conjuntos son difusos, pero no las personas”. Es decir, una persona es siempre definidísima en su manera de ser, aunque en todos los casos, se puede integrar en un conjunto difuso o en varios cuyos integrantes participan en más o menos de la cualidad que le da nombre. Con otras palabras, se puede ser definidamente hombre, o definidamente ambigua, y estar en sendos conjuntos difusos o en ambos.

Pero a la vez, llamar “difusa” a una persona en el sentido de ambigua en cualquier aspecto, es una manera de reconocer la existencia, junto a lo conjuntos de hombres y mujeres, tan drásticamente binarizados hasta ahora, de otros seres humanos que no nos identificamos dentro de ellos.

lunes, 24 de mayo de 2010

miércoles, 19 de mayo de 2010

Declaración de la Red por la Despatologización Trans, mayo de 2010

15 de mayo de 2010

DECLARACIÓN:

POR LA DESPATOLOGIZACIÓN DE LA LEY 3/2007 Y LOS DERECHOS SANITARIOS TRANS


En los últimos meses, en el contexto español se han publicado varias declaraciones relacionadas con la despatologización de la transexualidad.

El 14 de mayo de 2010, con motivo del Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia, el Consejo de Ministros aprobó un acuerdo en el que el Gobierno español se compromete a solicitar a la OMS la eliminación de la transexualidad de la CIE (Clasificación estadística internacional de enfermedades y otros problemas de salud). Con este acuerdo, se adelanta al debate previsto en el Congreso de Diputados de una Proposición No de Ley presentada el 5 de mayo de 2010 por el Grupo Parlamentario Socialista que incluía, aparte de la petición de que el Gobierno activara las gestiones oportunas ante la OMS para que la transexualidad deje de ser considerada como enfermedad mental, la realización de una solicitud correspondiente a la APA (American Psychiatric Association) respecto a la descatalogización de la transexualidad de la próxima edición del DSM.
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Este acuerdo fue precedido por dos declaraciones del Congreso de los Diputados relacionadas con los derechos trans que dieron respuesta a sendas preguntas realizadas por el diputado Joan Herrera del Grupo Parlamentario de ERC-CIU-ICV. La primera pregunta del diputado se refería a la opinión del Gobierno sobre la catalogización de la transexualidad como trastorno mental. El Congreso de los Diputados publicó, con fecha de 15 de marzo de 2010, la siguiente respuesta: “El Gobierno español comparte la necesidad de descatalogar la transexualidad como un trastorno mental”.

En la segunda pregunta, el diputado pidió información sobre los resultados del estudio sobre la adecuación del requisito de tratamiento médico de dos años en la actual Ley 3/2007 de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas. El Gobierno español se había comprometido a dicho estudio en respuesta a una Proposición No de Ley aprobada el 30 de junio de 2008 que proponía la supresión del requisito de hormonación en la Ley 3/2007. El Congreso de los Diputados respondió con fecha de 23 de marzo de 2010 que los resultados del nombrado estudio comprueban que “no se puede concluir con un tiempo concreto de mantenimiento de la hormonación para la rectificación registral del sexo”.

Desde la Red Estatal por la Despatologización de las Identidades Trans, valoramos estas declaraciones como un posible paso para adelante en el reconocimiento de los derechos de las personas trans. A la vez, nos gustaría señalar que la puesta en práctica de estas declaraciones de interés requiere cambios en la legislación y en la práctica sanitaria actual, en el sentido de una abolición de los requisitos patologizantes presentes en la Ley 3/2007 y de un cambio del modelo de atención del proceso de reasignación de género.

Además, nos gustaría señalar que la situación legal y sanitaria actual de las personas trans en el Estado español no sólo se encuentra en contradicción con las declaraciones recientes del Gobierno, sino también con declaraciones internacionales de Derechos Humanos, entre ellas los Principios de Yogyakarta (2007), el Informe temático “Derechos humanos e identidad de género” del Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa (2009) y la reciente Resolución 1728 (2010) sobre discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género, adoptada el 29 de abril de 2010 por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, organismo del que España es estado miembro.

En estas declaraciones se señala que los requisitos obligatorios presentes en las legislaciones actuales atentan contra el derecho a la integridad física y se afirma que el derecho al reconocimiento legal del género no debería ser restringido por ningún procedimiento médico obligatorio. En este sentido, en la recién adoptada Resolución 1728, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa hace una llamada a sus estados miembros a garantizar el derecho de las personas transgénero a documentos que reflejen su identidad de género preferida sin requisitos obligatorios como la esterilización, cirugía de reasignación de género o terapia hormonal.

Además, los tres documentos hacen hincapié en el derecho a un acceso libre e igualitario a una atención sanitaria de calidad para las personas trans, tanto respecto al proceso de reasignación de género como en otras áreas sanitarias. El Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa cuestiona la clasificación de la transexualidad como enfermedad mental declarando que “Desde una perspectiva de derechos humanos y de la asistencia sanitaria, no es necesario que se realice ningún diagnóstico de trastorno mental para dar acceso al tratamiento de una situación que requiere asistencia médica.” (Hammarberg 2009: 12). Asimismo, recomienda que los cambios jurídicos y sanitarios relacionados con los derechos trans se realicen con la participación de grupos y organizaciones trans.

Actualmente, el Gobierno Español incumple en diferentes aspectos con los principios que establecen las declaraciones internacionales citadas, así como con sus propias declaraciones de interés:

•La actual Ley 3/2007 requiere un diagnóstico de disforia de género y dos años de tratamiento médico para la rectificación registral del nombre y sexo. En este aspecto, incumple la recomendación de posibilitar un reconocimiento legal del nombre y género sin requisitos de procedimientos médicos obligatorios, nombrada en las declaraciones internacionales de derechos humanos citadas, entre ellas la reciente Resolución de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Tal como indica la respuesta del Gobierno Español del 23 de marzo de 2010, los resultados de su estudio no sostienen el mantenimiento del requisito de tratamiento médico establecido por la Ley 3/2007. Además, el requisito de diagnóstico de disforia de género se encuentra en contradicción con la postura actual del gobierno de apoyo a la descatalogización de la transexualidad como enfermedad mental, así como la Proposición No de Ley presentada por el Grupo Parlamentario Socialista.

•Actualmente, el proceso de reasignación de género está excluido del catálogo de prestaciones del Sistema Nacional de Salud, quedando relegado a la responsabilidad de las Comunidades Autónomas. De momento, no todas las Comunidades Autónomas incluyen el proceso de reasignación de género en sus prestaciones sanitarias, creando una situación de desigualdad en el acceso a este tratamiento. Esta situación incumple con la recomendación expresada en las declaraciones internacionales revisadas que recomiendan una cobertura sanitaria pública e igualitaria del proceso de reasignación de género.

•El protocolo establecido en las “Unidades de Trastorno de Identidad de Género” limita el acceso a la hormonación y cirugía de reasignación de género a un diagnóstico psiquiátrico, sin permitir a las personas interesadas una participación en el proceso de decisión sobre la modificación corporal, en contradicción con las declaraciones internacionales de derechos humanos nombradas. También en este punto se puede observar una incoherencia entre la postura actual del gobierno a favor de la descatalogización de la transexualidad como enfermedad mental y la práctica clínica aún vigente de evaluación psiquiátrica de las identidades de género trans.

Por estas razones, pedimos al gobierno ser consecuente con sus propias declaraciones de intención y cumplir con las recomendaciones establecidas por organismos internacionales.

Demandamos:

1. La puesta en práctica del compromiso adquirido por el Gobierno español de solicitar a la OMS la desclasificación de la transexualidad de la CIE, incluyendo una información transparente y públicamente accesible sobre el proceso de solicitud y las respuestas de la OMS.

2. La realización de una solicitud equivalente del Gobierno español dirigida a la APA (American Psychiatric Association), con el objetivo de demandar la descatalogización de la transexualidad de la próxima edición del DSM.

3. La modificación de la Ley 3/2007, a través de la supresión del requisito de diagnóstico de disforia de género y del requisito de tratamiento médico de al menos dos años (artículo 4), así como la abolición de la prohibición de nombres que “induzcan al error en cuanto al sexo”, establecida en la Disposición Final Segunda de la Ley 3/2007 que reafirma, en este punto, el requisito establecido en la Ley de Registro Civil, de 8 de junio de 1957.

4. La inclusión del proceso de reasignación de género en el catálogo de prestaciones del Sistema Nacional de Salud.

5. El establecimiento de un protocolo de atención no patologizante del proceso de reasignación de género, sustituyendo el requisito de diagnóstico psiquiátrico que actualmente regula el acceso a la hormonación y cirugía de reasignación de género por un proceso de asesoramiento, decisión compartida y consentimiento informado.

6. La participación del movimiento trans en la elaboración de la propuesta de modificación de la Ley y de un protocolo sanitario del proceso de reasignación del género.

Red Estatal por la Despatologización de las Identidades Trans, mayo de 2010.