Por un cambio del modelo de atención
en las “Unidades de Trastornos de Identidad de Género”
Seguir leyendo...
En un momento en el que el Gobierno español se ha comprometido a solicitar a la Organización Mundial de la Salud la eliminación de la transexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades, en las “Unidades de Trastornos de Identidad de Género” el acceso a los tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas de reasignación de género sigue dependiendo de un diagnóstico con terminología psiquiátrica. La persona trans que acude a la UTIG se encuentra expuesta a una evaluación externa sin certidumbre sobre la duración del proceso, y con un control de género por parte de algunos profesionales de esta unidad, que pueden dificultar sobremanera una relación respetuosa con el usuario. La función evaluadora del profesional de Salud Mental puede dificultar la expresión de posibles dudas y preguntas sobre el tratamiento. Constatamos que el protocolo de atención actual parte de un modelo de terapia tripartita que no recoge la diversidad de trayectorias y prioridades de tratamiento de las personas trans, además de seguir criterios diagnósticos basados en estereotipos de género obsoletos en la sociedad actual.
Por esas razones, pedimos que se retire de inmediato el “Premio Triangulo Rosa Año Trans” a la UTIG de Madrid y además se plantee urgentemente una reforma del modelo de atención seguido en las UTIG que debería incluir, pero no limitarse a un cambio de su denominación. En este sentido, demandamos:
• Un modelo de atención que no considere la transexualidad como trastorno mental o patología, sino que esté basado en el reconocimiento de la identidad de género y derecho de decisión sobre el propio cuerpo.
• El no seguimiento de los criterios diagnósticos actuales de “trastorno de identidad de género” establecidos en el DSM-IV y CIE-10.
• El libre acceso a las terapias hormonales e intervenciones quirúrgicas de reasignación de género, a través de un proceso de decisión compartida y consentimiento informado.
• Una atención personalizada que reconozca la diversidad de identidades de género y prioridades de tratamiento de las personas trans.
• La sustitución de la función evaluadora del profesional por un rol de información y acompañamiento en el proceso de tratamiento.
• La disponibilidad de un servicio de asesoramiento de carácter no obligatorio.
• La participación del movimiento trans en la elaboración de los protocolos clínicos y en la gestión de la atención sanitaria trans-específica.
Red por la Despatologización Trans, 25 de junio de 2010